Arenas de Caudete (1910-2010)
Con
vuestro permiso, solicito la venia para transformar el marco
de estas páginas en el interior de la plaza de toros Arenas de Caudete, fiel al
reglamento taurino y antes de empezar la faena, me acerco pues al palco presidencial para solicitar la venia a la autoridad, representada aquí por
amigos y seguidores de este blog.
Les hago pues la cumplida reverencia, con la
que acaba el paseíllo y permitidme pues mi saludo y petición de venia más
respetuosa al pueblo de Caudete.
Los clarines inauguraban nuestra plaza de
toros en el año 1910, capricho constructivo de su mecenas y promotor El Conde
de San Carlos. De estilo neomudejar, consta de tres niveles y compuesta de mas
de doscientos arcos apuntados y de herradura con dovelas bicolor. El hierro y
la forja que sustentaban los pisos superiores fueron desmantelados, lo que
provocó su deterioro.
Adquirida por el ayuntamiento el 1986, fue restaurada y en ella se celebran
conciertos, espectáculos musicales, festeros y taurinos.
Cambio de tercio, como estamos pues en una
plaza de toros, si ven que me alargo no duden en darme un aviso.
Empuñando la cámara fotográfica como si una
suerte de muleta y espada se tratase los héroes de la AGFOVIC,
entraron con su arte por sus entrañas y salieron por los toriles.
Sin música y sin
trajes de luces, rasparon con gran armamento la arena y con un: “¡vamos
yaaaa!”, embistieron los limites del ruedo, saltaron al callejón y gradas,
arcos y rejas se abrieron, y una ovación de ladrillos y piedras se fue
plasmando en la faena, pase tras pase la bravura no cejó, hasta caer cumplida
en este ruedo imaginario de nuestro blog. Los cascabeles suenan y la cuadrilla
salta al ruedo con estas imágenes para lujo y gustazo de amigos y seguidores, grada
de admiradores donde los haya.
Antes de que suene el primer aviso, celebremos con este monográfico el centenario de la Plaza de toros Arenas de Caudete, la cual asomada a la vega Caudetana y la montaña, vecina del barrio y las eras, reposa majestuosa entre jirones de los vientos, recordando con su rostro adusto de ladrillo bicolor el latir del tiempo, de la historia compendiada en un siglo de nuestro pueblo y el devenir de sus gentes.
Con solera mudéjar en sus arcos y muros, compone con sus motivos geométricos un dibujo de pétrea pasión, esa que exhibe al querer mirar eternamente el cambiante quehacer de Caudete.
Buen toreo y que se abra la puerta de la plaza
de toros a todo aquel que quiera sentirla.
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