Cargada de palabras entre infinitos vidrios,
incansable en su viaje de azar, mensajeras
por el laberinto de olas blancas y azules,
con la promesa de batirse en el horizonte.
Suspiros embotellados en cascara de cristal
surcando noches de rayos y centellas,
como latidos de un ejercito de palabras,
lineas de aguas dulces ensalinadas.
Biblioteca enfrascada en aventuras,
extenuada en el silencio de océanos,
cuajada de canciones de gaviotas
hasta encallar esperanzas en bancos de arena.
Desarbolada, sin mástil y sin velas,
como liturgia de íntimos besos,
rompe conjuros a favor del viento
hasta amarrar en el puerto del recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu mensaje