Entre paredes de piedra y barro
duerme el huevo en capazos de siembra,
mientras en el rincón la hoz ni corta ni siega
son las aves quienes guardan los recuerdos en el páramo.
Todo son plumas en el patio umbroso,
valientes en alas bajo el claro cielo,
despliegan picos aguerridos y sin vuelo,
chismorreo de colores, rural y tosco.
Mientras llenan el buche entre escarceos
las abarcas cuelgan tristes del muro,
herrumbre y garbo en el corral del mundo
a diario riman los píos y los cacareos.
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