Extracto del
diario del Contramaestre:
“Salimos del puerto,
deslizándonos en el agua tamizada con el ruido de la algarabía en la despedida
y el aroma a brea, madera y pintura.
Dejamos a tras a las familias, el regusto a ron y brandy. Los chirridos de las
gaviotas nos despiden estridentes, mientras las blancas velas se van
desplegando en competencia con las migajas de nubes que tiñen el cielo casi
completamente de azul.”
Extracto del diario
del Contramaestre:
“El pico de cangreja de la corveta toma la
brisa fresca y presta, mientras los marineros faenan de un lado a otro con
celeridad y eficacia, sin pausa ni descanso. La vela mayor, braceada a
sotavento para bolinear, se infla sin aspavientos hasta dar forma a una curva
enfilando rumbo a lo desconocido, dejando una larga estela entre las olas que
mansamente acunan la nave en su regazo. El horizonte enarca el miedo a lo inexplorado,
solo el corazón aligera los recuerdos mientras El Dorado la dicha promete.”
Extracto del diario del Contramaestre:
“De colorida piel impresa, sobre
la mesa del Capitán se despliegan royos y trozos de mapas, dibujos e
instrumentos de navegación. Mientras las olas mecen juguetonas la nave, trazos
de líneas paralelas aparecen bajo la regla dibujando el sentido de la
singladura. Compás y cuadrante habían calibrado la travesía, ese rumbo náutico
seguido en cooperación con las estrellas y el horizonte. En eso estábamos cuando
el vigía en la cofa de trinquete gritó:
< ¡Tierra!, ¡tierra por la amura de
estribor!>”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu mensaje