Flota una espada de lluvia y bruma
entre las ramas de una estación primaveral,
goteando infusión sobre el musgo de las piedras,
lágrimas sangrando de pétreo corazón, caldo
sollozando juntas como amor quebrado.
Desafiante, la fragancia de las flores
lucha contra el olvido con la certidumbre,
el fuego de la fe vencerá como dulce pira
de la pasión, goteras que dan calor al alma,
eco del cielo entre el colirio de la tierra.
Momentos embriagados de vidas apagadas,
devoran soplos de recuerdos en mejillas
como caricias mendigas de hacienda
libando el amor esclavo de existencia
que solo necesita de un sitio donde orar.
Reposa el aliento de los héroes
como una tregua del miedo y trajes,
es anima de soledades devoradas
de perdidas irremediables
brotando como sudor de la agonía.
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